Los coches solares, más allá de lo eléctrico

Las nuevas exigencias normativas y de reducción de emisiones contaminantes, que en muchos casos condiciona el permiso para circular en determinadas áreas de determinadas ciudades, obliga a los fabricantes a ir evolucionando hacia modelos más sostenibles. Y que generen ahorros no sólo en emisiones, sino también en gasto de energía o combustible.

En esta realidad ya se encuentran los vehículos eléctricos o híbridos, que poco a poco se están haciendo un hueco cada vez más importante en el mercado. Las ventajas del coche eléctrico son muchas, en primer lugar por la reducción del coste en combustible; segundo, porque son la gran aportación del sector y de sus usuarios en la lucha contra los efectos negativos del Cambio Climático.

Por el momento, son los vehículos híbridos – que alternan la capacidad de dotarse de energía enchufándonos a la red con la de moverse con combustible fósil – los que más aceptación reciben. Los vehículos eléctricos – aunque cada vez menos – se destinan a distancias cortas, fundamentalmente por su limitada capacidad y autonomía.

En este momento, hay aún otra alternativa para ser aún más sostenibles que el eléctrico convencional. La atención se centra en el origen de la energía eléctrica. No sólo es importante que sea eléctrico, sino que la fuente de energía sea verde o sostenible. Hay muchas empresas especializadas en dar este servicio de recarga exclusivamente con la aportación de la radiación solar, con costes muy por debajo del aportado por la red convencional, con una clara apuesta por el autoconsumo.

El paso natural sería disponer de vehículos preparados para autocargarse con energía solar. Ya existen prototipos y vehículos, especialmente de marcas asiáticas y alemanas, que están preparados para ello. La tecnología aún es incipiente y en desarrollo, pero no hay duda de que los escépticos habituales tendrán que rendirse a la realidad en un breve espacio de tiempo.

En este momento, los sistemas ideados pasan por establecer células fotovoltaicas en el techo y otros elementos externos de los vehículos. A día de hoy, es evidente que aún queda un buen camino en materia de desarrollo e innovación para lograr una autonomía suficiente para que sea atractivo al mercado y a un precio asumible y aceptable para el consumidor medio.

Es cierto que hay otros condicionantes, como las condiciones climáticas que son necesarias si se pretende un vehículo con autonomía plena en la recarga. Pero en países como España esa cuestión está asegurada. Además, la tendencia es buscar modelos híbridos, en este caso siempre eléctricos: solar y enchufable. Tiempo al tiempo.

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