El invierno es no es la mejor estación para nuestro vehículo. Es sin duda la estación más complicada para el mantenimiento del coche como para la conducción segura. El riesgo de avería como el de sufrir un accidente se multiplica cuando bajan las temperaturas, y las condiciones climatológicas son más adversas, tales como la lluvia,
No hay duda, cuando estamos hablando de vehículos convencionales con tracción a dos ruedas, los cambios de neumáticos deben estar pensados para cubrir con los más nuevos el eje trasero. Sin error de duda alguno. Y todo ello por una cuestión de eficiencia en el aprovechamiento de los neumáticos y, lo que es más importante,
Las nuevas exigencias normativas y de reducción de emisiones contaminantes, que en muchos casos condiciona el permiso para circular en determinadas áreas de determinadas ciudades, obliga a los fabricantes a ir evolucionando hacia modelos más sostenibles. Y que generen ahorros no sólo en emisiones, sino también en gasto de energía o combustible. En esta realidad
Como venimos advirtiendo en todos y cada uno de nuestros posts, volvemos a insistir en la idea de que en materia de motor es mejor prevenir que curar. Es mejor porque es más seguro, porque es más barato y porque nos ahorra tiempo y muchos dolores de cabeza. Un elemento esencial para descubrir elementos que
La llegada del frío con el otoño y las primeras heladas, especialmente en algunas partes de la península, hará que nos acordemos de la calefacción. Descubrir que no funciona correctamente puede ser un contratiempo, puesto que conducir en una situación incómoda puede llegar a ser hasta peligroso. Por ello, dentro de las rutinas de mantenimiento
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