Prepara tu vehículo para el otoño
Las rutinas de mantenimiento, especialmente en otoño, son una inversión para nuestro vehículo
Cada cambio de estación es una nueva excusa para prestarle atención a tu vehículo. Ello nos permitirá dos cosas esenciales, mejorar la seguridad en la conducción y evitar tener que hacer frente a costosas reparaciones. Las rutinas de mantenimiento y revisiones deben ser entendidas como una inversión, no como un gasto. Especialmente en otoño.
Depende del lugar donde se resida, el otoño es más o menos duro. De lo que no hay duda es que se produce una importante bajada de las temperaturas y un cambio en la luminosidad durante el día, especialmente con el cambio de hora que se produce cada año al ajustar las horas al horario de invierno. Todo ello, nos obliga a ser prudente y tomarnos un tiempo para nuestro coche.
Hay tres bloques esenciales: visibilidad, agarre y funcionamiento del motor.
En el capítulo de visibilidad hay que tener en cuenta varios elementos. El primero de ellos son los sistemas de luces de nuestro vehículo, especialmente ahora que la luz solar se acorta a lo largo del día. Y que en esta época del año los episodios de niebla son más comunes. Hay que hacer una revisión a todo el juego de luces disponible en nuestro turismo: posición, emergencia, cruce, largas y antinieblas. Y no olvidar una buena limpieza de las lámparas en el exterior, aumenta considerablemente la eficiencia de nuestras luces.
En este aspecto de la visibilidad, es importante una revisión del parabrisas. Las bajadas bruscas de temperaturas, o las grandes diferencias térmicas entre el día y la noche en algunas zonas de la península, puede favorecer la fractura de la luna. Advertir posibles grietas, fracturas o golpes en nuestra luna del parabrisas es la mejor manera de evitar un susto. También hay que mirar la luneta trasera, y su sistema de desempañado. Y por supuesto, revisar y cambiar las escobillas. En caso de lluvia son fundamentales un buen estado de las mismas.
En el aspecto de agarre y seguridad del vehículo, todo pasa principalmente por el estado de los neumáticos. Las gomas sufren mucho por las altas temperaturas del verano y se desgastan de más por el contacto caliente con el asfalto. Es el momento de su revisión y comprobar que existe un dibujo de calidad en las mismas, más de 1,6 mm. Hay otros elementos que influyen como el sistema de amortiguación o el alineado correcto. Una revisión de estos sistemas es básico. Y por supuesto, atender al mecanismo de frenado, discos y pastillas, puesto que seguro han sufrido de más en verano.
Y finalmente, atendamos a dos elementos esenciales en el buen comportamiento de nuestro vehículo: baterías y líquidos.
El primero suele sufrir porque con el descenso de la temperatura el proceso de arrancado del motor suele ser más difícil. Una batería debe ser sustituida cada cinco años como máximo, aunque depende del modelo y el uso puede ser recomendable incluso antes. Evitar sorpresas requiere revisar el estado de la batería en cualquier taller profesional.
La gama de líquidos del vehículo también es importante tener en cuenta con la llegada del otoño. El líquido refrigerante es básico en zonas geográficas muy frías, aunque no haya llegado aún el rigor del invierno. Pero también hay que revisar los niveles y la calidad del aceite, el líquido de freno, etc…
En definitiva, el comienzo a las rutinas que ya hemos realizado tras el verano, nos exige prestar atención a nuestro vehículo, para hacer frente a nuevas condiciones de conducción. El mejor aliado, tu taller BlackTire profesional y de confianza. ¡Buen otoño!